jueves, 20 de marzo de 2014


Hoy te haz ido, hoy he visto brillar tus ojos al verme, pero también hoy vi tu mirar triste y dudoso.
Ese mirar fue escalofriante, estabas y querías ausentarte, buscabas respuestas al verme, me veías y repasabas mi rostro dudando, temeroso y pasivo. 

No sé donde me dueles...
No sé ni siquiera si me dueles...

Es como cuando te va a dar hambre; no tienes hambre, pero sabes que no pasarás mucho tiempo para que la tengas.

Escribo y te suspiro, extraño lo no sé que, pero estoy segura que te extraño cuando mi entrecejo no deja de estar fruncido.
Enojada? No, es solo que veo venir el hambre y no me da porque tengo una fé chiquita al creer que es un mal sueño o grandota al no creer que te haz ido.

La garganta se me cierra al tener este pensamiento porque tal vez sea verdad, y todo ese amor que nos juramos y todo ese sueño compartido, no sé si murió, no sé siquiera si existió.

Yo siempre diciéndote... no tengo nada que pensar, sé que hacer... y tu siempre respondiendo rápido y arrepintiéndote después o diciéndome que no estas seguro.

Amor... el mío. El mío en el que sigo suspirando, en el que la garganta se me cierra para no gritar tu nombre o decirte que te amo.

SoLe
200313